José Leonardo Barreto – El Pitazo Anzoátegui
Puerto La Cruz.- Con «el cristo en la boca», dicen vivir los habitantes de El Paraíso, en Puerto La Cruz, y es que a cualquier hora los delincuentes hacen de la suya, causando miedo entre los residentes y transeúntes del sector.
Los arrebatones de bolsos y celulares son los casos más frecuentes en la avenida principal de Los Cerezos, así lo aseguró Daysi Fermín, habitante de esa comunidad, quien dice que desde la ventana del edificio donde vive ha visto como los delincuentes despojan de sus equipos telefónicos a personas que van en carro.
“El modus operandi de los delincuentes es ir caminando para precisar a las posibles víctimas, luego del arrebatón emprenden la huida y a pocos metros los espera algún cómplice en moto para desplazarse más rápido. Lo peor es que darle parte a los cuerpos policiales es perder el tiempo”, comentó Fermín.
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En la populosa barriada de la que se supone es una ciudad turística funciona una alcabala de la Policía Municipal Sotillo (Polisotillo), los vecinos aseguran que pocas son las veces que los uniformados hacen ronda por el sector donde operan varias bandas delictivas.
“Ni de día, ni de noche vemos a la policía, lo que sí vemos es malandros a cada rato o escuchamos los gritos de las personas después que son robadas.
En la comunidad hay varias escuelas y liceos, nuestros niños corren peligro, sobre todo al mediodía, que es la hora de salida”, expresó José Carrión habitante de la urbanización Oropeza Castillo.
En plena avenida se encuentra una franquicia de Farmatodo y en este sitio colocaron un punto de control de la Guardia Nacional (GN), sin embargo tampoco los castrenses hacen patrullaje por el sector.
“La guardia está en el Farmatodo, pero es para evitar que los vecinos protestemos contra el régimen de Nicolás Maduro y a los malandros no le hacen nada, al pueblo si le lanza bombas lacrimógenas y perdigones”, comentó Carrión.
Pero en la calle no es solamente donde los vecinos corren peligro, dentro de sus casas también, ya que los antisociales esperan que caiga la noche para adentrarse en las viviendas y cargar con todo lo que puedan.
“Ya ni descansar se puede, en la noche debemos estar pendiente de cualquier movimiento extraño y armarnos con palos y tubos porque los policías están durmiendo. Ya han ocurrido varios robos de viviendas en el año y aunque hemos exigido a las autoridades mayor presencia de uniformados, no hay quien nos resuelva el problema de la inseguridad”, puntualizó Germán Torres.